Jabón de castilla
El jabón de Castilla artesano es un tipo de jabón tradicional elaborado únicamente con aceite de oliva y toma su nombre de la producción a gran escala que tuvo lugar en el Reino de Castilla y se exportaba a muchas zonas europeas y americanas.
A pesar de la sencillez de su elaboración, el jabón de Castilla tiene un gran valor. Es un jabón de muy buena calidad, aunque es viscoso y no produce demasiada espuma. Un jabón suave y cremoso apto para el uso diario y, gracias a su composición con aceite de oliva, apto para todo tipo de pieles.
El jabón de Castilla auténtico se clasifica como tal si en su composición solo lleva aceite de oliva. Aunque se le pueden agregar otros componentes, la receta original no contiene aceites esenciales u otros aditivos como colorantes o aromatizantes.
El resultado es un jabón emoliente, hidratante y regenerador para la piel gracias al alto contenido de ácido oleico en el aceite de oliva. Nutre, suaviza y mejora la elasticidad de la piel al tiempo que mejora su barrera protectora.
No es graso ni obstruye los poros de la piel, por lo que limpia a fondo y su alto contenido en vitamina E también lo hace valorado por su capacidad para acelerar los procesos de curación.
Es un jabón que también retrasa el envejecimiento cutáneo, protege la piel de los radicales libres y previene la muerte celular.
El jabón de Castilla restaura el equilibrio natural de la piel, incluso con pieles secas, sensibles y atópicas.
En resumen, a pesar de que es una de las la receta más sencilla para elaborar jabones, este eclipsa al resto, lo tiene todo.
Se pueden calcular los ingredientes que vamos a añadir a nuestros jabones caseros por medio de una calculadora que esta disponible en internet y en la que te dirá aproximadamente lo que tienes que añadir tanto de sosa como de agua a tu mezcla, la puedes encontrar en la web de mendrulandia.
Así que vamos a ver una de las formas que a mi mas me gusta de preparar esta receta del jabón de castilla artesano
Ingredientes que necesitamos
- 260 gr de aceite de oliva virgen, cuanta mayor calidad tenga el aceite mejor resultara el jabón.
- 34 gr de sosa caustica
- 69 gr de agua desmineralizada o destilada
- 1 molde para nuestro jabón
- Gafas, guantes y mascarilla
Cómo lo preparamos
- Nos protegemos con ropa de manga larga y nos ponemos las medidas de protección: guantes, mascarilla y gafas.
- Preparamos la sosa caustica con el agua, añadiendo siempre la sosa al agua y no al revés teniendo cuidado ya que se produce una reacción química que eleva la temperatura del agua hasta unos 80º y además emite vapores corrosivos. Aquí debemos tener especial cuidado en no inhalarlos y ante posibles salpicaduras.
- Removemos la mezcla hasta que la sosa quede completamente disuelta.
- Mientras dejamos que la mezcla baje la temperatura, ponemos el aceite en una olla u otro recipiente ancho. No hace falta calentarlo.
- Comprobamos la temperatura de la lejía, cuando esté entre unos 50º-60º, añadimos la mezcla de sosa y agua al aceite de golpe. Nunca al revés, siempre lejía sobre aceites.
- Batimos hasta que quede bien mezclado teniendo en cuenta que si utilizamos aceite de oliva virgen, puede tardar un poco más de lo normal, más que con otro tipo de aceites.
- Una vez tenemos nuestra mezcla lista, tendrá una textura de un puré, y ya podemos pasar al proceso de enmoldado con cuidado y unos guantes.
- Tapamos con un trapo o una toalla y dejamos entre 24h-48h para que se lleve a cabo el proceso de saponificación.
- Pasado este tiempo, cuando el jabón esté bien sólido, lo podemos cortar si es necesario.
- Una vez que hemos hecho todo el proceso anterior lo vamos a dejar en reposo unas 6-8 semanas y ya podemos utilizar nuestro jabón de castilla. Dos meses resulta ideal ya que el aceite de oliva es de los que más tiempo necesitan de reposo.
Otra versión con aceite de coco
- 500 g Aceite oliva virgen extra
- 100 g aceite de coco
- 10 g aceite esencial de lavanda o el que prefieras
- 80 g sosa cáustica
- 195 g agua
- 1 molde para nuestro jabón
- Gafas, guantes y mascarilla
Preparación con aceite de coco
- Nos protegemos con ropa de manga larga y nos ponemos las medidas de protección: guantes, mascarilla y gafas.
- Vierte el agua en un bol de tamaño mediano y después échale la sosa cáustica al agua, mezclando hasta disolverla. (¡Nunca lo hagas al revés, no eches el agua a la sosa cáustica!) Lo mejor es que uses un recipiente de cristal o cerámica porque aguantan bien la subida de temperatura y no van a reaccionan con la sosa cáustica. Lo mejor es hacerlo fuera o en un sitio con buena ventilación evitando inhalar los vapores que se generan cuando se disuelve la sosa cáustica, es normal que se calienta el agua y que se ponga turbia/blanca.
- Deja que la mezcla de agua y sosa se enfríe en una zona donde no haya peligro que se caiga o alguien pueda hacerse daño con ella mientras preparas los otros ingredientes.
- Pesa los aceites y mézclalos en un bol grande.
- Una vez que la solución de sosa cáustica se haya enfriado y aclarado un poco (sobre 50º), échala en el bol con la mezcla de aceites. Mézclalo todo suavemente al principio.
- Una vez combinado todo, ya puedes usar una batidora de mano, eso si, ten cuidado de no salpicarte con la mezcla, usa manga larga, guantes y gafas. Es posible batirlo la mano, pero vas a tardar mucho de este modo.
- Cuando la mezcla se haga opaca y comience a espesarse un poco, como una salsa, empieza la etapa que se llama «traza» (o trazado).
- La etapa de «traza» es cuando ya empieza el proceso de convertirse en jabón y es cuando le añadiremos los aceites esenciales que hayamos elegido, colorantes y otros aditivos que quieras ponerle, flores secas, planta seca molida, lo que se te ocurra, antes de meterlo en moldes.
- Vierte la mezcla en moldes de jabón. (puedes usar moldes de silicona y táper de plástico engrasando un poco los moldes para evitar que se pegue el jabón después.)
- Cubre el jabón y deja que se repose durante al menos 24 horas. Vas a notar que la mezcla se calienta un poco y con algunos jabones cambia los colores y la apariencia, pero con este jabón de castilla no debe hacer ninguna diferencia.
- Pasadas las 24 horas, puedes tocarlo a ver si está lo suficientemente duro para desmoldarlo. Si esta blando aun, espera unas horas o incluso otro día para comprobarlo de nuevo.
- Si a la hora de desmoldarlo se te hace difícil sacar el jabón, puedes meterlo en el congelador un rato lo que hará que el jabón se encoja un poco.
- Una vez desmoldado córtalo en barras si has usado un molde grande. No esperes demasiado tiempo para cortarlo o tendras un jabón ya demasiado duro para poder hacerlo fácilmente.
- Ponlos a secar separados entre si durante, más o menos, un mes. Te recomiendo que de vez en cuando los gires para que se vayan secando igual por todas partes. Este tiempo de reposo se hace, para terminar el proceso de saponificación y que el jabón se seque y se endurezca.
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